sábado, 7 de noviembre de 2009

LECTURA PARA PADRES DE FAMILIA

Estimados padres de familia:

El objetivo de haberles sugerido la lectura de esta entrada aquí en este su blog es el establecer una forma de interacción entre Ustedes y el colegio con el fin de abordar en conjunto algunas situaciones inherentes a las características y necesidades de nuestro alumnado.

En esta ocasión, el tema está relacionado con el estilo de crianza que practica un cuidador o padre de familia, que tiene un impacto directo en el desarrollo del infante y posteriormente conforma la personalidad del joven. Entendamos estilo de crianza como el grupo de factores determinantes de la personalidad provenientes del padre de familia o cuidador tales como: asignación de roles, instauración y seguimiento de reglas (imposición de castigos y uso de recompensas) en casa, apego, demostraciones de afecto y pautas de comunicación entre los integrantes de la familia; dichos factores afectarán de manera positiva o negativa el desarrollo de los chicos pero también determinan gran parte del funcionamiento de la familia y por ende de la tranquilidad de los cuidadores.

Como es bien sabido por todos nosotros, el vínculo que formamos escuela-hogar también es un aspecto determinante en la vida de nuestros alumnos; por esta razón se busca establecer un lenguaje en común para que promovamos un auténtico desarrollo integral de nuestros educandos.

Esperando que esta lectura sea de total utilidad, se les solicita que emitan sus comentarios en línea (en esta ocasión será para que su hij@ tenga derecho a examen en la asignatura de Orientación y tutoría en este segundo bimestre).

Iniciemos hablando de comunicación; muchos de los problemas familiares derivan de una incomunicación o de una comunicación familiar deficiente.

Cuando se habla de comunicación, se refiere básicamente a la comunicación positiva, facilitadora, por ejemplo la empatía, la escucha reflexiva, los comentarios de apoyo que permiten a los miembros de la familia compartir sus necesidades y preferencias cambiantes. (Baeza, 2000).

La comunicación está guiada por los sentimientos y por la información que transmitimos y cuando ésta existe en la familia, se puede afirmar que existe un compañerismo y un ambiente de unión en la casa. Sin embargo la comunicación intrafamiliar no es tarea sencilla. Por lo cual Peral (2005) sugiere algunas estrategias para facilitarla:

Ø Obeceder la regla de que: “todo lo que se dice, se cumpla”

Ø Empatizar o ponernos en el lugar del otro.

Ø Dar mensajes consistentes y no contradictorios.

Ø Escuchar con atención e interés.

Ø Pedir la opinión de los demás.

Ø Expresar y compartir sentimientos.

Ø Ser claros a la hora de pedir algo.

Es importante resaltar que existen muchos padres que se encuentran muy deseosos de crear un ambiente adecuado en el cual la comunicación pueda desarrollarse, pero suelen excederse en la verbalización y lo que sería en un principio una comunicación se convierte en un monólogo por parte de los padres o un interrogatorio hacia los hijos, lo cual provoca que los hijos se alejen. Una característica fundamental en la comunicación es el escuchar.

Durante una conversación, es válido el derecho de réplica. Mis ideas no necesariamente pueden ser compatibles con las del otro, la predisposición para recoger la idea del otro y admitir que puede o no coincidir con el propio es otra condición básica para que la comunicación sea viable.

La comunicación no verbal es también importante, ya que con un gesto se pueden expresar muchas cosas. Cuando se platica con alguien y hacemos un gesto de malestar, es probable que la otra persona se sienta ofendida. Igual pasa cuando se interrumpe en una conversación, la otra persona podría pensar que lo que nos platica nos es indiferente.

Algunas otras cosas que influyen negativamente en la comunicación son las siguientes:

Ø Generalizaciones: “siempre le pegas a tu hermana”, “nunca obedeces”

Ø Discusión sobre la versión de algo que ya sucedió hace tiempo.

Ø Establecimiento de etiquetas o comparación entre miembros de la familia.

Ø El lugar y el momento que elegimos.

Ø El abuso de los “tu deberías”, “yo debería hacer” en lugar de “¿qué te parece si…?”, “quizás te convenga…”

Ø Cortes en la conversación porque se está más interesado en lo que quiere decir que en lo que la otra persona comenta.

Hay que luchar por que dentro de nuestra conversación estos errores cotidianos no persistan y poder realizar una comunicación familiar provechosa.

Ahora bien, otro aspecto que es importante señalar dentro del estilo de crianza es la satisfacción de necesidades. En primer término, el cuidador debe ser capaz de determinar si lo que está solicitando el joven es una necesidad o un deseo, en base a tal diferenciación se puede decidir si “se cumple o no” con lo solicitado (hablando de aspectos físicos y emocionales).

En base a lo anterior, analicemos lo siguiente:


Cinco mitos que producen niños inútiles

1. Asumir que “Pedrito” es igual a su padre o abuelo.

Al constatar que su hij@ repite una mala conducta familiar típica, aceptarlo como algo genético y, por lo tanto, inevitable.

Salvo nuestro temperamento, rasgos físicos o carencias (enfermedades, dificultades de coordinación o de aptitudes en ciertas áreas) el resto es aprendido conductualmente por imitación. Incluso los aspectos antes mencionados como recibidos debemos conducirlos, modelarlos, mejorarlos, educarlos, potenciarlos de manera especial, pero en ningún caso conformarnos con ellos o aceptarlos sin intentar mejorarlos.

2. Lo quiero tanto y por eso le quito los obstáculos de su camino.

Con esta actitud no le exige conductas adecuadas ni que asuma responsabilidades propias de su edad porque es tan chico. Con eso, lo condena a ser un incapaz, a perder tiempo que podría aprovechar para capacitarse y sentirse segur@, mientras otros niños sí son exigidos de acuerdo a su desarrollo. El joven deberá enfrentarse con ellos en la vida diaria y ciertamente se frustrará por su incapacidad.


3. Le queda tanto tiempo para asumir responsabilidades, que por ahora no le exijo tanto.

Al eximirlo de deberes propios de un hijo, como levantarse temprano, ayudar a retirar la mesa o ponerla, realizar sus tareas, apoyar con la economía familiar, etc., no lo está preparando para lo que -seguramente- le tocará vivir en un futuro, le está “atando de manos”.

4. No queremos que en el Colegio se les exija mucho: queremos que sean felices.

Con eso limitamos a nuestros hij@s y minimizamos sus posibilidades reales y potenciales. Están hechos para la vida y para responsabilizarse de ella y mientras antes inicien con valentía y exigencias el camino, mejor será.

5. Son muy chicos para entender una orden, un llamado de atención o para tener una responsabilidad.

Los jóvenes entienden más de lo que creemos, desde muy temprana edad. Lo que no entienden intelectualmente lo hacen a través del lenguaje de los gestos (de aprobación o desaprobación, de alegría o enojo, de angustia, etc.).

La familia es uno de los primeros y más durables vínculos que establecen los seres humanos en sus primeros años de vida. Del núcleo familiar, y con el paso del tiempo de las demás personas que van apareciendo en su vida, dependerá la forma en que los niños van estableciendo alcances y límites de su comportamiento.

Por eso es que del modo en que los adultos motivemos a los chicos para que realicen determinada conducta o del tipo de reacción que mostremos cuando observamos cómo actúan, será lo que indique a éstos sí están comportándose en forma adecuada o inadecuada.

Posteriormente, conforme los niños crecen van a depender menos de las indicaciones o la motivación de los familiares y demás personas, entonces sus objetivos e intereses serán los que gobiernen su actuar. Lograr lo que quiere pero al mismo tiempo decir la verdad, ser honrado, responsable, ser cooperativo, respetar a los demás será la mejor manera de saber qué tanto la familia ha sabido conducir adecuadamente al niño y también indicará qué tanto el niño ha madurado en su desarrollo psicológico y social.

De esa manera, conductas tan frecuentes en los menores (a veces hasta de los jóvenes) como son los “berrinches”, decir mentiras, no hacer caso de instrucciones u órdenes de los padres y educadores, no hacer las tareas escolares, entre muchas otras conductas son resultado de la forma en que los educadores mismos (padres y maestros) se han conducido cotidianamente con ellos, pero también indican qué tanto los(as) niño(as) han aprendido las reglas, ejemplos, “regaños” y castigos de la forma en que deben y no deben comportarse.

Lo que, desde mi punto de vista debe quedar de esta lectura o la de cualquier otro artículo o libro es la aplicación de su contenido; es decir, realizar un autoanálisis y replantearse en los aspectos que aún sean perfectibles en nuestra relación con los jóvenes, al término de todo, el corregirnos y corregirlos es una forma de mostrar nuestro cariño por ellos.

La aplicación de las siguientes recomendaciones tiene como objetivo que los padres de familia actúen de la manera más propicia para que ayuden al niño o joven a madurar psicológica y socialmente y éste llegue a ser capaz de establecer relaciones sociales positivas.


Recomendaciones:

-Platique lo más a menudo que pueda con su hijo(a) haciéndole saber el cariño que le tiene y lo feliz que desea que sea su vida.

-Indique con precisión el tipo de comportamientos y de reglas que debe seguir su hijo(a) de acuerdo con su edad.

-Reflexione junto con el menor de edad sobre las consecuencias que tienen o tendrían las acciones que hizo o que realizará.

-Dar alabanzas o premios a su hijo(a) cuando haya tomado decisiones acertadas reflexionando con él o ella sobre lo que hizo para obtener un buen resultado.

-Dé una caricia y diga palabras agradables a su hijo(a) cuando se comporte positivamente o recuerde sus logros y esfuerzos.

-No magnifique las conductas negativas del niño(a). Cuando sea necesario que lo castigue dígale por qué lo hace y en qué le afecta a él o a los demás.

-Cuando su hijo(a) se comporte inadecuadamente pregúntele cuando ya esté tranquilo cuestione el por qué de su conducta, sí es provechosa para él y si la debe de volver a hacer.

-Platique con sus hijos(as) sobre los alcances y límites de sus recursos económicos y de tiempo para que ellos sepan esperar el momento en que ustedes puedan darle algo o dedicar el tiempo que necesiten.

-Nunca prometa premios o castigos que no pueda o vaya a cumplir pero cuando diga que le va a dar algún premio o castigo cúmplalo.

-Piense siempre con anticipación en los inconvenientes o lo provechoso que resultarán las medidas que tomará para premiar o castigar la conducta adecuada o inadecuada de sus hijos, para que así los varíe y estas medidas puedan cumplir su fin.

-Toda ayuda que dé a su hijo(a) deberá irla disminuyendo sistemáticamente para que éste cada vez participe más y llegue a ser responsable de su conducta.

-Exponerlo(a) a ambientes variados, de acuerdo a sus posibilidades económicas y de tiempo, como son cursos, deportes, museos, teatros, entre otros, por lo menos una vez a la semana; procurando que le aporten experiencias novedosas y sean motivadoras de conductas positivas.

-Motive a su hijo(a) para que cada vez sea más capaz y logre realizar tareas más difíciles, pero nunca pasando por encima de los demás.

-Realice actividades que propicien conductas de cooperación de su hijo(a) con los demás niños(as), para hacer cosas nuevas y emprender diversas acciones

Las familias se encuentran con interminables desafíos y frustraciones que amenazan sus estructuras presentes. Para complicar sus problemas, la sociedad en general tiene poco reconocimiento a la importancia de la familia y no acude en su ayuda hasta que no se encuentre en un estrés intenso.

Es natural que en la actualidad no se lleven a cabo todas estas recomendaciones al mismo tiempo y a la perfección, hay factores externos que no nos permiten hacerlo; pero es cierto que, mientras mayor consciencia tengamos de este tipo de aspectos, mejores serán nuestras posibilidades de tener una armoniosa relación entre familia y, como se mencionó al inicio de este pequeño artículo, se logrará un mejor desempeño de nuestros jóvenes en sus contextos de interacción.

Enviándoles un afectuoso saludo, les agradezco su atención y participación.

Atentamente:

Psic. Juan Carlos Cuevas Becerra

Orientador del Colegio Jean Piaget

Referencias:

Aguilar, V., Valencia, J., A. y Romero. (2004). Estilos Parentales y Desarrollo Psicosocial en Estudiantes de Bachillerato. Rev Mexicana de Psicología.

Shaffer, D., R. (2000). Psicología del desarrollo.: infancia y adolescencia. 5ta edición. México: International Thomsom Editores, S.A. de C.V

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Apunte: conceptos básicos para el segundo bimestre

Aprendizaje: Proceso dinámico de interacción entre un sujeto y algún referente (objeto de estudio o aprendizaje), y cuyo “producto” representará un nuevo repertorio de respuestas y estrategias de acción ante las situaciones que le marca un ambiente (adaptación).

Aprendizaje significativo: es el aprendizaje que se construye de manera duradera gracias a la connotación particular del aprendiz.

Técnicas de aprendizaje: es una acción que puede llevar a cabo un estudiante para trabajar con la información que utiliza cuando aprende: repetir, subrayar, esquematizar, realizar preguntas, deducir, inducir, etc.

Las Técnicas pueden ser utilizadas de forma mecánica y ayudan a ejercitar solo una parte de la mente del aprendiz.

Estrategias de aprendizaje: Una Estrategia de aprendizaje es una serie de actividades (se pueden incluir técnicas de estudio o aprendizaje) que el estudiante hace después de saber qué necesita para poder aprender mejor, cuando planea todo lo que necesita para aprender mejor, el tiempo que va a estudiar, por qué va a estudiar y cómo lo va a hacer.

La Estrategia es un plan de trabajo completo, organizado y dirigido a una meta específica.

Una estrategia de aprendizaje puede considerar o incluir:

- analizar la razón por la que vas a estudiar (por obligación, porque viene el examen, porque te lo dejaron de tarea o por gusto)

- revisar del lugar en el que vas a estudiar (iluminación, ventilación, ruido, distractores)

- prever el tiempo que le vas a dedicar al estudio (si es en una hora, 30 min., etc.)

- establecer qué técnicas utilizarás dentro de esa estrategia (leer subrayando, resumir, hacer mapas mentales, etc.)

Vías sensoriales para el aprendizaje: Canal o sentido que favorece la asimilación de nueva información para la construcción de aprendizajes, se tienen diversos canales para favorecer el aprendizaje (visual, táctil, kinestésico, auditivo).

Estudio: Actividad de refuerzo del aprendizaje, es cuando el aprendiz retoma el conocimiento de manera particular para rescatar la información que maneja para un procesamiento interno. Cada persona tiene un estilo de estudio personal.

Ambiente de estudio: elementos y condiciones físicas (muebles, condiciones de ventilación e iluminación) y horarios y hábitos que tiene una persona para realizar actividades de repaso de aprendizajes.

Técnicas de estudio: actividad desarrollada por un alumno específicamente para retomar un tema de estudio, puede ser cualquier tipo de acción encaminada al aprendizaje siempre y cuando tenga la intensión de fortalecer el aprendizaje construido.

Estrategias de estudio: Conjunción de ambientes, condiciones, intenciones y hábitos de estudio de una persona para encaminarlas a la obtención de éxito al momento de estudiar.

Cognición: Información contenida en la mente acerca de cualquier aspecto, en palabras simples, la cognición es todo aquello que tenemos en la mente acerca de algo.

Habilidad: Capacidad o dominio a nivel mental de algún conocimiento; por ejemplo, saber cómo realizar una técnica de respiración para hablar correctamente.

Destreza: Capacidad de realización mostrada de forma concreta, la cual está encaminada al desarrollo de un nuevo aprendizaje; por ejemplo, saber realizar hablar correctamente después de haber tomado una clase de locución.


Compañeros(as), este apunte les servirá para prepararse para su examen bimestral, no olviden tenerlo en su libreta.


Profr. Juan Carlos Cuevas Becerra

martes, 29 de septiembre de 2009

Las muletas

Había una vez un país donde todos, durante muchos años, se habían acostumbrado a usar muletas para andar. Desde su más tierna infancia, todos los niños eran enseñados debidamente a usar sus muletas para no caerse, a cuidarlas, a reforzarlas conforme iban creciendo, a barnizarlas para que el barro y la lluvia no las estropeasen.

Pero un buen día, un sujeto inconformista empezó a pensar si sería posible prescindir de tal aditamento. En cuanto expuso su idea, los ancianos del lugar, sus padres y maestros, sus amigos, todos le llamaron loco: “Pero, ¿A quién habrá salido este muchacho?, ¿No ves que, sin muletas, te caerás irremediablemente?, ¿Cómo se te pudo ocurrir semejante estupidez?”.

Pero nuestro hombre seguía planteándose la cuestión. Se le acercó un anciano y le dijo: “Cómo puedes ir en contra de nuestra tradición. Durante años y años, todos hemos andado perfectamente con esta ayuda. Te sientes más seguro y tienes que hacer menos esfuerzo con las piernas: es un gran invento. Además, ¿Cómo vas a despreciar nuestras bibliotecas, donde se concentra todo el saber de nuestros mayores sobre la construcción, uso y mantenimiento de la muleta? ¿Cómo vas a ignorar nuestros museos, donde se admiran ejemplares griegos, usados por nuestros próceres, nuestros sabios y nuestros mentores?”.

Se le acercó después su padre y le dijo: “Mira niño, me están cansando tus originales excentricidades. Estás creando problemas en la familia. Si tu bisabuelo, tu abuelo y tu padre han usado muletas, tú tienes que usarlas, porque eso es lo correcto”.

Pero nuestro hombre seguía dándole vueltas a la idea, hasta que un día decidió ponerla en práctica. Al principio, como le había advertido, se cayó repetidamente. Los músculos de sus piernas estaban atrofiados. Pero poco a poco, fue adquiriendo seguridad y, a los pocos días, corría por los caminos, saltaba las cercas de los sembrados y montaba a caballo por las praderas.

Nuestro hombre ha llegado a ser él mismo.

¿Qué simbolizan las muletas en nuestra vida?

¿Con quién se identifican?, ¿Por qué?

¿Dependemos en exceso de los juicios y prejuicios, de la aprobación o reprobación de los demás?

¿Cuál es el significado para nosotros de la frase "quiero ser libre"?

Esta lectura ha sido proporcionada por la Maestra Luz María Chavarría Cruz, Directora General de nuestro colegio.



miércoles, 23 de septiembre de 2009

Para padres de familia

¿Ha observado la diferencia que existe entre una persona educada con tabús y prejuicios y otra que ha vivido en una familia que ha fomentado la expresión de sentimientos en sus hijos?

Expresar sentimientos es difícil, pero los padres podemos contribuir a que nuestro hijo interprete sus emociones y aprenda a expresarlas. De esta manera, le ayudaremos a ser un adulto emocionalmente estable.
Conocer los sentimientos de nuestro hijo y ayudarlo a expresarlos no es una tarea sencilla. De hecho, todas las personas, seamos padres o no, nos movemos en el universo de los sentimientos de forma más o menos competente y con mayor o menor éxito. Tal vez pensemos que, por el hecho de ser padres, estamos dotados de una especie de don que nos facilita la expresión y comprensión de sentimientos en la relación entre padres e hijos, porque amamos a nuestro hijo y él nos ama. Y que esto es suficiente para iniciar a nuestro hijo en el arte de sentir y comprender lo que siente, sin reparar en los medios, las formas o las palabras que vamos a emplear para ello.
Cuando nuestro hijo nace nos ocupamos diligentemente de qué comerá, cómo será su habitación, sus primeros juguetes, etc. Intentamos garantizarle un espacio físico inmejorable, buena educación y actividades extraescolares diversas que propicien su desarrollo en la mejor dirección.
Pero la cuestión es que si, paralelamente a todo lo anterior, también nos aseguramos de proporcionarle los modelos más adecuados de aprendizaje emocional y de expresión de sentimientos.

¿Por qué preguntar algo así? Pues porque los sentimientos componen el sustrato sobre el cual el joven, en su interacción con el mundo, elabora su interpretación de éste y de sí mismo. Y porque este tipo de aprendizaje se realiza fundamentalmente en el seno de la familia.
Como señala D. Goleman:
"La familia es el crisol doméstico en el que aprendemos a sentirnos a nosotros mismos y en donde aprendemos la forma en que los demás reaccionan ante nuestros sentimientos; ahí es también donde aprendemos a pensar en nuestros sentimientos, en nuestras posibilidades de respuesta y en la forma de interpretar y expresar nuestras esperanzas y nuestros temores. Este aprendizaje emocional no sólo opera a través de lo que los padres dicen y hacen directamente a sus hijos, sino que también se manifiesta en los modelos que les ofrecen para manejar sus propios sentimientos y en todo lo que ocurre entre marido y mujer. En este sentido, hay padres que son auténticos maestros mientras que otros, por el contrario, son verdaderos desastres."

Veamos ahora en qué forma A. Faber y E. Mazlish, psicólogas especializadas en la comunicación entre padres e hijos, en Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen, nos recomiendan cómo podemos actuar para ayudar conscientemente a nuestros hijos a manejar sus sentimientos, revisando a la vez nuestros propios hábitos de respuesta frente a las situaciones de conflicto emocional en las relaciones familiares.
En primer lugar, hemos de ser capaces de escuchar con toda nuestra atención al joven de cualquier edad que nos esté explicando un problema, un conflicto, un logro o una duda, dejando de lado lo que estemos haciendo, los problemas de cualquier tipo que nos preocupen e, incluso, el concepto que tengamos forjado de él. Es importante demostrar a nuestro hijo que realmente sus sentimientos son tan importantes para nosotros como lo son para él. Los padres solemos poner poco en práctica esta actitud de escucha atenta, sumergidos como estamos en un mar de trabajo y de responsabilidades, y sin embargo es una de las condiciones básicas a seguir si de verdad queremos que nuestro hijo nos exprese sus emociones de forma habitual.
En segundo lugar, debemos tener en cuenta que, en ocasiones, las mejores palabras son aquellas que no se dicen. Asentir con la cabeza, o con expresiones cortas y neutras del tipo: ¡Vaya!, ¡Hum!, ¡Ajá!, le dará a nuestro hijo el espacio que necesita para expresarse sin sentirse juzgado, pudiendo a la vez pensar en voz alta y buscar sus propias soluciones. Este tipo de diálogo nos permitirá a nosotros escucharle, intentar comprenderle más allá de las palabras y no intervenir hasta conocer totalmente la situación que nuestro hijo ha vivido y cómo se ha sentido.
En tercer lugar, debemos ayudarle a nombrar lo que siente. La identificación es necesaria para que el joven comprenda sus emociones. Los jóvenes a menudo confunden las sensaciones más elementales o se angustian ante un sentimiento al que no saben nombrar y, por tanto, reconocer y enfrentarse a él. Debemos verbalizar el estado emocional de nuestro hijo desde pequeño para ayudarle a identificar lo que siente y mostrarle que somos capaces de ponernos en su lugar y comprender sus reacciones.
El joven que se siente bien, normalmente se porta bien. Sentirse comprendido y aceptado por los padres es requisito previo para aceptarse a sí mismo, y la aceptación de uno mismo es, a su vez, requisito previo para el bienestar interior, puerta de la felicidad.
Cuando el joven expresa lo que siente sabiéndose escuchado, respetado y comprendido, aprende a fiarse de sus sentimientos, aprende a escucharse y a saber manejar emociones tan intensas como la antipatía, la vergüenza, la ira o el rechazo. Los estudios más recientes revelan que la capacidad de expresar los propios sentimientos constituye una habilidad social fundamental. Difícilmente el joven podrá desarrollar esa habilidad si el ambiente familiar no se lo facilita. Podemos haber heredado una tendencia de carácter, pero un ambiente comprensivo y abierto al diálogo facilitará la adquisición del control emocional necesario para funcionar y tener éxito en las relaciones personales.

Psic. Juan Carlos Cuevas Becerra

PD. Esperamos sus comentarios.


martes, 22 de septiembre de 2009

Bienvenidos

Hola, este sitio ha sido creado para ustedes: alumnos, padres de familia y compañeros de trabajo de esta gran institución educativa "Colegio Jean Piaget S. C.".
Como un centro educativo totalmente acorde a las características de la población a la que atiende e inmerso en esta, la denominada Era de la Información, estamos acercándoles a Ustedes, nuestro visitantes, este blog como herramienta que contribuirá a la comunicación y nos acercará a los resultados que todos esperamos durante este ciclo escolar 2009-2010.
Aquí podrán encontrar información que será puesta a su disposición con el principal objetivo de contribuir al desarrollo de las personas que formamos esta comunidad escolar. Tendán Ustedes acceso a noticias del Colegio, Información importante para alumnos, padres de familia y maestros. Desde ahora sean todos bienvenidos al blog del Colegio Jean Piaget.
A nombre de nuestra Directora General, Maestra Luz María Chavarría Cruz y nuestra Directora Técnica, María de Lourdes Jiménez Lozada, reiteramos el compromiso que tenemos con nuestra comunidad para poner a su alcance el mejor servicio educativo de la localidad.
Atentamente:
Profr. Juan Carlos Cuevas Becerra
Orientador del Nivel Secundaria